martes, 16 de noviembre de 2010

Actividad física y salud: Ampollas

Hola a todos!


Espero se encuentren muy bien. Muchas gracias por su apoyo e interés.


Comenzaré esta entrega contándoles que las buenas sensaciones sentidas durante la maratón se mantienen. De hecho luego de nadar el día lunes, hoy retomé los entrenamientos de ciclismo sin problema alguno. La alimentación ha sido fundamental para mantener estas buenas sensaciones, en un próximo artículo les contaré un poco acerca de las nuevas pautas alimentarias que estoy siguiendo y de las sensaciones que he tenido durante el proceso.


Hoy hablaré un poco acerca de las molestas ampollas. Si bien la actividad física está directamente ligada con el bienestar, producto de ella pueden aparecer algunos síntomas molestos que es mejor evitar. Desde mi punto de vista hay múltiples factores que condicionan nuestras sensaciones a la hora de realizar actividad física, algunas de ellas dependen directamente de nosotros y otras no, es por esto que debemos poner todo de nuestra parte para controlar aquellos factores que podemos manejar. Mientras menos factores hayan que puedan impedir que disfrutemos del deporte, nuestra experiencia será mejor.


Las ampollas pueden ser muy molestas, de hecho su aparición puede condicionar completamente nuestro rendimiento y sensaciones, pudiendo convertir inclusive una tranquila caminata en una experiencia bastante dura. 


Las ampollas son protuberancias en la piel que contienen líquido, este suele ser transparente aunque algunas veces adquiere un color sanguinolento. 


Ellas se aparecen como consecuencia de la fricción de los zapatos o la ropa que rozan repetidamente con la piel dando lugar a quemaduras por fricción. Los estratos externo y interno de la piel se separan y el espacio entre ellos se llena de linfa. Esto constituye un problema común especialmente cuando los deportistas estrenan zapatillas o botas de montaña. También suelen aparecer en las personas que excepcionalmente hacen largos recorridos a pie (maratones, trekking) debido a fricciones mantenidas en el tiempo y un exceso de humedad (por el sudor) y de calor en la zona.


La buena noticia es que las ampollas no tienen por qué aparecer. Es por ello que es importante concentrarse en su prevención. Dentro de este punto hay consejos simples que pueden ayudarnos


1.- Es importante que el calzado nos calce bien. Es importante que al realizar el movimiento el zapato no produzca fricción con la piel. Calzados muy ajustados o muy flojos tienen más probabilidad de producir problemas.


2.- Proteger el pie (con vendajes o parches) en las zonas en que se presente la fricción. Esto puede evitar que el calzado roce directamente con la piel a la vez de evitar que una zona ya sensible continúe dañándose.


3.- Mantener los pies lo más seco posible. Existen bastantes tipos de calcetines creados para este efecto. El uso de polvo de talco puede ser de utilidad.


4.- La aplicación de calor sobre el calzado, dependiendo del material en que esté construido, puede cambiar su forma y producir el problema.


5.- Sobre todo si practicamos trekking, debemos poner especial atención a las costuras que pueda tener nuestro calzado en el interior. Éstas son comúnmente causantes de la aparición de ampollas.


El primer síntoma de roce es el enrojecimiento de la piel. Luego de cada entrenamiento, les recomiendo tomar algunos minutos para revisar sus pies, esto les ayudará a detectar potenciales ampollas antes de que éstas aparezcan. En caso de que ellas ya hayan aparecido, es importante cubrirlas con un parche. Debemos además preocuparnos de mantener nuestros pies secos, cambiar nuestros calcetines puede ayudar. Otra medida, aunque sólo funcionará de manera provisoria, es adicionar vaselina en las zonas que podamos considerar que las ampollas aparecerán.


Como medidas de tratamiento, podemos decir que si la ampolla no ha explotado puede ser necesario hacer un pequeño agujero con un alfiler en el borde de la ampolla, especialmente si ésta se encuentra en una superficie de apoyo, como la planta del pie. Una forma sencilla de esterilizar el alfiler es pasándolo a través de la llama de un mechero. Si debemos continuar la marcha al día siguiente, podemos pasar en hilo por el alfiler de manera que una vez que éste atraviese la ampolla se quede dentro para así absorber el líquido. Es importante que el agujero sea hecho con un alfiler pues debemos procurar dejar tanta piel como sea posible cubriendo la herida. Esto actuará como un estrato protector muy importante para la piel subyacente que ayudará a impedir cualquier infección. Como regla general, nunca debe cortarse la piel seca que quede sobre la ampolla. 


Luego de vaciada la ampolla, debemos limpiar la zona con una toallita húmeda o con un líquido desinfectante (povidona yodada, alcohol, etc.) y luego debemos cubrirla con un parche. En este último punto, puede ser de utilidad agregar sobre el parche un poco de cinta adhesiva. No retiren el parche hasta que él caiga por si mismo.

Para terminar debemos diré que nunca debemos vaciar una ampolla llena de sangre!!


Espero esta información les haya sido de utilidad. Les dejo un abrazo gigante, cuídense mucho y disfruten haciendo deporte.


A 290 días del gran desafío se despide,


Schobi 

1 comentario:

  1. uff no sabia que las ampollas podian tener sangre! (espero no haber entendido mal) :)

    Muy bueno tu dato! yo siempre tengo en los talones, justo arriba de la zapatilla!

    :)

    Quizas tb podrias dar consejos de como evitar los hogos, por ejemplo usar algun tipo de calcetin, o hacer enjuagues en los pies con algo...

    Besos

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